sábado, 5 de julio de 2008

Carlos Giménez en Valencia


Ayer fue un día especial. No siempre tiene uno la oportunidad de escuchar y disfrutar de todo un genio de la historieta como Carlos Giménez. La dirección de la revista Turia y la Fnac de Valencia organizaron un evento que, teñido de un ambiente familiar, hizo las delicias de los presentes. Álvaro Pons ofició de maestro de ceremonias. Se otorgaba a Carlos Giménez el Premio Turia a la mejor contribución a la cultura del cómic. Álvaro tiene especial debilidad por Carlos Giménez. Se le nota. Se emociona al hablar de él y ese sentimiento se transmitió en la sala creando una atmósfera perfecta.

Por mi parte, llegué a la cita por los pelos, sufriendo uno de esos días de calor insoportable que nos suele regalar Valencia en el mes de julio. En la sala habría unas 40 personas. Sudado y más contento que un chiquillo con tebeo nuevo, allí me planté con algunos álbumes (no todos por vergüenza) y el primero de la serie 36-39 Malos Tiempos.

Giménez habló largo y tendido. Primero respondiendo a las preguntas de Álvaro y luego las de todos aquellos que quisimos preguntarle en una oportunidad única. Era la primera vez que veía en persona al maestro que ha marcado la historieta española y la ha elevado hasta cotas difícilmente accesibles por otros artistas. No defraudó. Estuvo atento, amable, accesible, hablador. Confirmó (por enésima vez) que las historias de Los profesionales son ciertas, que en realidad eran tan cabrones como parece en las historietas. Explicó su tendencia a la autobiografía y la honestidad que ésta supone para con el lector. Historias de personas comunes, convertidas a veces en héroes y otras en malvados. Personas al fin y al cabo, “como cualquiera de las presentes en este sala. Habrá personas buenas y malas, como en todas partes”. Comentó, a raíz de la primera historieta que aparece en el álbum Barrio, cómo resulta mucho más cercano, intenso y conmovedor que un niño esté dispuesto a cortarse el dedo para convertirse en mártir que destruir dos o tres galaxias con un rayo desatomizador creado por un científico loco para dominar el mundo. Los superhéroes y la ciencia ficción no es lo suyo. La realidad provee a Giménez de todo el material necesario para contar historias (así se definió, “un contador de historias”).

Preguntado por la situación del tebeo en la actualidad, respondió que existe un precario mercado editorial, que las revistas son inexistentes y que el manga y los superhéroes copan las ventas de un producto que ha tenido mejores días. En realidad, lo que le gustaría al autor, con todo el derecho del mundo a sus 66 años, es retirarse de la primera línea de la creación artística. Vivir una vida más apacible, escribir y dibujar sus historietas, claro, pero hacerlo sin la presión del que lo hace para vivir de ello. Si uno lo piensa bien, se le eriza el vello. Que un artista como Carlos Giménez, con más de 40 años a sus espaldas de profesión, no pueda todavía de retirarse es cuando menos preocupante. ¿Pasa lo mismo en Francia, Italia o Bélgica? Desde luego que no. Para sus lectores (“no muchos” decía él, “¡claro que muchos!” gritaba yo) es una suerte trágica que Giménez continúe en la brecha pero no deja de ocultar una situación dramática del mercado editorial de la historieta en España. Así nos va.

Como dijo Pons “los álbumes de Carlos Giménez deberían ser lectura obligatoria en el instituto”. Con todo, me quedo con la suerte de haber disfrutado de un maestro como pocos, de haberme reído de lo lindo con las anécdotas que contó, de haber estrechado su mano cuando me firmó amablemente los tebeos que, nervioso, le traía. Todo una personalidad con los lápices y sin ellos. ¡Qué grande es Carlos Giménez!

6 comentarios:

Dr. Banting dijo...

Y que lo digas!!!

Barrio, Los Profesionales, Una España Grande y Libre, Paracuellos...

Como bien dice Alvaro Pons, debería ser lectura obligatoria, sobre todo si queremos entender periodos de nuestra (oscurisima) historia como la Postguerra.

PD. Estuve el viernes en Barcelona e hice mi particular via crucis por las tiendas de comics. A destacar, "Pyongyang" de Guy Delisle. Muy bueno. Tambien me compré "Wanted" de Millar (mas bien flojito) y Johnny Double de mis adorados Azarello/Risso (una joya).

PDII. No me atrevi con Sandman. El dibujo me tiro muchísimo para atras.

Jorge dijo...

Carlos Giménez es el más grande que hay en España. La verdad es que estaba emocionado de verlo en persona y cuando me firmó los tebeos ni te digo.

Más de una vez he estado tentado de comprar Pyongyang. Me animaré.

Entiendo lo de Sandman. El dibujo puede echar para atrás, pero insisto que vale la pena. Dale una oportunidad hombre!

Emilio Aurelio dijo...

En Argentina "El Eternauta" si que es uno de los libros de lectura obligada. Aquí supongo que nos daría verguenza que "El Capitán Trueno" ocupara un lugar equivalente.

Jorge dijo...

Mucho queda por andar anguloagudus...

Un abrazo.

Ismael dijo...

Leituras obrigatórias... Las editoriales gallegas siempre están buscándole el bolsillo al pequeño estudiante con su literatura para jovencitos. A lo mejor algún día lo cambian por tebeos franquiciados, si es que consiguen olvidarse de la banda deseÑada para jovencitos.
Yo también me preparo para olerle la camisa a otro veterano: Solano López vendrá al Viñetas de la Coruña.
Hasta hace unos ocho o siete años aún llevaba en la cabeza la imagen del Carlos Giménez sonrisudo y melenudo. A ver que pasa con este otro dibujante, ahora mismo ando con las fotos de algunos álbums por si acaso me lo cruzo en la calle. Tengo que prepararme alguna preguntilla sobre su serie de las brujas eróticas de Barreiro.

Jorge dijo...

Solano López! Vaya, otro peso pesado. No lo dejas escapar sin alguna firmilla en El Eternauta...