sábado, 3 de noviembre de 2007

Los Supermachos de Rius



La decisión de ceder los derechos de Los Supermachos a Colmenares, el editor en cuestión, venía precedida por constantes avisos por parte de gobernación para que moderara los ataques que desde la historieta se vertían sobre las incongruencias de una revolución hecha por y para el pueblo, pero que acabó aupando a unos cuantos a la posición de caciques (como Don Perpetuo del Rosal en el cómic), generando un verdadero cuerpo administrativo altamente corrupto (“la mordida” es otro de los temas clásicos de Los Supermachos) dentro del Partido Revolucionario Institucional (PRI), contradicción donde las haya: revolucionario e institucional. Pero ojo, el que haya estudiado un poco la historia de México reconocerá que el gobierno de la época (años 60) no era cualquier cosa. Díaz Ordaz en la presidencia y Echeverría en Gobernación. Una joya el hombre. Fue el responsable de la matanza de Tlatelolco cuando miles de manifestantes se congregaron en la Plaza de las Tres Culturas para criticar la política del gobierno por las carencias que soportaba la sociedad mexicana. Los manifestantes querían atraer la opinión pública porque ese mismo año de 1968 México celebraba los Juegos Olímpicos. El resultado de la masacre, en la que participaron agentes de policía del gobierno vestidos de paisano fue de decenas de muertos. Hay fuentes que hablan de centenares. Echeverría años después sería elegido presidente de la nación para mayor escarnio de la población mexicana. Así que poquitas bromas se podían hacer contra el gobierno. Pero Rius las hizo.

Sin embargo, como declara Rius, estaba claro que el éxito de la historieta radicaba en sus ácidas críticas al gobierno, a la corrupción, a la moral establecida, a las costumbres propias de una sociedad que acogió la historieta como un soplo de aire fresco y divertido. La jugada de Colmenares fue registrar la historieta a nombre de uno de sus empleados, con lo que pocas opciones le quedaban a Rius para reclamar la propiedad intelectual de sus personajes. Al final cedió y con espíritu de resignación pero infatigable, creó su segunda historieta, Los Agachados.

Sobre la apropiación por parte de la editorial de la historieta, David W. Foster, reconocido crítico en los estudios culturales, From Mafalda To Los Supermachos (1989), enfocó el hecho como un reflejo de la cercanía entre el cuento popular, el folklore, y cierto tipo de historieta que se crea desde la colectividad, en lugar de postular la autoría intelectual individual, hecho que desmarca de la esfera folklórica las producciones culturales. Esta misma idea la sostiene Martin Barker en su libro Comics: ideology, power and the critics (1989) cuando trata la historieta británica. Sin embargo, Ana Merino, El Cómic Hispánico (2003), cree que hay un error en el enfoque del análisis que hace Foster, ya que en su libro decide analizar una historieta de Los Supermachos que no era de Rius, sino del equipo de dibujantes que se encarga de la serie cuando Rius se ve obligado a salir de la editorial. A la luz de los hechos parece evidente que Merino tenía razón.

Y ya basta de crítica y temas laterales (aunque importantes como se habrá comprobado). Vamos a hablar de la historieta. Como ya se ha dicho, la historieta tiene lugar en el pueblo de San Garabato, en el centro de la República. Los personajes, se pueden considerar una representación de la sociedad mexicana: Don Perpetuo del Rosal (el cacique), Dn Fiacro (el tabernero español), Doña Eme ( la beata), Don Lucas (el boticario intelectual), Juan Calzonzín (el indígena), etc. Este último se considera el protagonista de la historieta, aunque no siempre es el personaje sobre el que giran los acontecimientos. Hay un protagonismo colectivo, todo el pueblo suele participar de una manera o de otra en cada número. Se empezó a publicar en 1965 y duró hasta finales de los 60 aunque no tengo el dato exacto.

La historieta tiene un humor fresco, satírico. Se mete con todo y con todos y eso hace que sea una lectura tan entretenida. Mientras por un lado se asumen las desigualdades como parte intrínseca de la vida, por otro, se critican esas mismas desigualdades con una ironía muy fina. Pero todo basado en una actitud de aguante ante lo que venga, una actitud de macho, no, ¡de Supermacho! La parte gráfica tiene un dibujo sencillo, sin detallismo, aunque con mucha expresividad. Pero sobretodo, destacan los guiones. Las conversaciones de los personajes son hilarantes, las historias están muy bien trenzadas y uno llega a familiarizarse con cada personaje. Son historietas realmente divertidas, del tipo que te hace reír a carcajadas. Y eso se agradece mucho.

En numerosas ocasiones se hace referencia a lo que ocurre a nivel nacional e internacional con lo que es un buen reflejo de lo que estaba pasando en la época. Se hacen numerosas bromas sobre el vecino del norte, el Imperialismo y el Comunismo. Pero no es en sí una historieta política. Tiene más bien un carácter social, costumbrista y en ese reflejo de la sociedad radica el éxito. Sin lugar a dudas, después de leer el recopilatorio de 12 historietas que publicó Grijalbo, Los Supermachos están en mi lista de cómics preferidos. Una lectura altamente recomendable y que merecería YA una reedición en España. A ver si alguna editorial se anima a reeditarlo. Ahora que estamos en momento de cambios en las editoriales y se reeditan clásicos como El Eternauta de Oesterheld y Breccia que saldrá en diciembre, bien podrían girar la mirada hacia México y acordarse de Mis Supermachos de Rius.

LINKS DE INTERÉS SOBRE RIUS:

En la página web Los Supermachos remasterizados hay una versión digital,. a color, de uno de los episodios.
Hay una página web supuestamente oficial de Rius en la que hay bastante información sobre sus libros.
En el link de La Jornada hay un artículo de la escritora mexicana Elena Poniatowska, quien también es una gran admiradora de Rius.
En Milenio otro artículo en el que habla Rius sobre la crisis de la historieta en México.




2 comentarios:

Ismael dijo...

¡Qué grande el Victor Hernández explicando a los visitantes y al propio autor las razones para publicar de esa forma esas dos historietas!
Pues a lo mejor Las Fabulas Pánicas fueron un aviso. Pienso que no, pero por esperar lo mejor que no quede.

Jorge dijo...

Me alegro que te haya gustado Ismael! Un monstruo el maestro Rius...